Cada segundo, cada minuto que de la vida pasa,
y no sé de ti, solo puedo pensar que alguien conspira,
y veo la luna con su sonrisa que conspira para no indicar,
la coordenada exacta de tu presencia.
Y sé que las estrellas conspiran por mantenerte oculto,
y las hierbas conspiran porque no se quedan estáticas,
y ceden al vaivén del viento que las mece.
Y las aguas del río conspiran porque no te traen a la superficie,
y las arenas conspiran porque pese al movimiento telúrico,
de la tarde de hoy, de ayer, no te expulsan como bocanada de humo,
y las piedras conspiran porque no se amotinaron contra tus raptores,
y mis palabras conspiran en la medida que son,
incapaces de tocar el corazón de quien te tomó de las muñecas.
Y mis ojos conspiran cuando no pueden ver más allá de lo evidente,
y mi cuerpo conspira porque mi sangre no te puede llamar,
y la espada del augurio parece cosas de niños que conspiran...
Y conspira el Ministerio Público,
cuando escribe mal tu nombre en un oficio,
conspira el Licenciado cuando cambia tu nombre,
y pone Alfonso por Alonso y Ramírez por Martínez.
Y conspira el Sr. Fiscal que me pregunta: "¿qué hay de nuevo?"
conspira el oficial que me pregunta: "¿cómo estás?"
conspira la gente que dice que no vio nada,
conspiran las cámaras con puntos ciegos,
conspiran quienes se niegan a entregar las cámaras,
como evidencia de tu paso por esa hora,
en ese lugar, en ese camino,
y conspiran todas las voces que no logran salir de la boca,
conspiran los ojos,
que se niegan a leer este panfleto.
Conspiran los dedos que no comparten la mala noticia de tu desaparición,
y conspiran con su existencia los no desaparecidos,
que ahogan tu desaparición por la multitud que corre,
apresurada a tomar el servicio público.
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