Santa Madre, madre Tierra, Santificado sea tu suelo, tus montes, tus montañas y las aguas, Hágase señora tu voluntad en el subsuelo como en el cielo, Danos hoy nuestro hermano, devuélvenos hoy nuestro nene, Y así nosotros perdonaremos, pero nunca olvidaremos, Ni nos resignaremos a no encontrarlo. No caeremos en la tentación de olvidar, justificar, Y librar a todas y todos de de cualquier ignominia. Seguimos y seguiremos Buscando a Bruno