¡Hola! Hoy me dijeron que estoy bajando de peso,
¡Je! dije que me estoy sobre entrenando de otra manera,
aunque hoy mis músculos son mis tendones y mis huesos.
Ya sabes que intento no llorar,
porque recuerdo cuando me dijiste:
"No porque llores la vida será menos dolorosa"
¡Je! pero bueno, a veces me traiciono.
Aunque eso sí, tomo agua cada vez que me acuerdo,
para compensar lo que se fuga por mis ojos.
¿Sabes? en los últimos años
llegó un momento a pasar por mi cabeza que ya estaba vacío,
y me imaginaba que me estaba acartonando,
hasta llegué a pensar: "y ahora de qué puedo hablar?"
Pero luego vino la pistola y el 14 de febrero,
de eso ya no te enteraste,
pero estoy seguro que me hubieras dicho:
"¿ves, por qué es importante que aprendas a tirar?"
y ese 14 de febrero me llenó de mucho miedo,
después la noticia del 17 de abril,
y ahí fue donde sentí todo el coraje que en mi vida había sentido,
y fue un solo instante que me duró tres semanas.
Hoy la tristeza me invadió,
pero no dejaré que las pasiones tristes,
se apoderen de los músculos de mi corazón,
de lo contrario –entonces sí– la cosa se pondrá mal,
también recuerdo cuando me dijiste:
"la única forma que te quiero ver llorando, que sea por coraje",
quizá por eso tu palabra preferida para describirme es el "enojón".
Te cuento, estoy sorprendido de todos los conocidos,
y desconocidos que escriben motivados por ti.
Ahora entiendo a los cubanos cuando me dijeron:
"te estábamos esperando desde siempre",
así hoy me doy cuenta de toda la gente que te quiere,
que te ha querido sin conocerte,
ahora te siento más cerquita de mí,
como un faro, como Venus, como la Luna, como el Sol.
Y bueno, ahora sabes qué tan queridos somos,
por papá, por mamá, por nuestra hermana y hermanos,
con decirte que hasta mi ateísmo has puesto a prueba.
Ahora sabes que estos finqueros pese a la apariencia,
siguen teniendo corazón, y es lindo saberlo,
que late fuerte, que los músculos se fortalecen y el escarlata se intensifica.
Es lindo sentirlos solidarios, sensibles, humanos,
ahora sabes que una red de nudos nos sostiene,
y son palabras, manos, abrazos, besos, bendiciones y oraciones.
Con todo lo que generas me parece un mantra para curar al mundo,
ya sé lo que piensas, seguro me dirías:
"ya, pues, supéralo", y luego te reirías.
Todo ha sido tan repentino y rápido,
creo que puedo ilustrarlo con lo que tú conoces.
De esas veces que entra el arado en la tierra y abre de golpe,
desgaja, quiebra, perfora, rasga, rompe y corta,
pero luego vienen las semillas y las plantas.
¿Sabes? quizá nunca imaginaste que te llegarían a conocer
los 60 mil agremiados de la 22,
–para serte sincero ni siquiera yo me lo imaginé–.
Bueno, solo he querido contarte lo que está pasando aquí.
Te queremos mucho, y muchas y muchos más de lo que uno puede imaginarse,
y sé que estás sorprendido y más orgulloso de mamá...
y nosotros de ti.
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