Esto es algo que nunca entenderán los extorsionadores,
Los que piden rescate,
Los que piden una cooperación,
Los que dicen que solo es para cubrir gastos del hotel y guardia.
Esto nunca lo entenderán los que piden recompensas,
Esto nunca lo entenderán los que antes de toda obra se preguntan,
¿Yo qué gano?, ¿cuánto voy a ganar, cuánto me vas a pagar?
Esto nunca lo entenderán los que dicen: ¡solo si me conviene!
Pero para este pueblo donde naciste todo es diferente,
Te cuento: la señora de la esquina trajo un casillero de huevos,
La de enfrente, atole y tortillas hechas a mano,
También la vecina de atrás del cerco mandó café,
Y los que viven hasta allá abajo, cerca del desagüe, 5 litros de aceite.
Las del pueblo vecino han mandado pan,
También como 10 kilos de pollos –sin exagerar–, y hoy otra vez pan,
La señora que renquea trajo dos kilos de azúcar,
Y las compañeras de mamá del mercado:
Tomates rojos, chiles, cebollas y otras verduras.
Tus tías y primas limpian la comida, la preparan,
La sirven, lavan los trastes, barren la casa,
Tus sobrinos juntan la basura, llenan los botes de agua y acarrean la leña.
Los que "tienen que trabajar" mandan también cosas:
Carne de res, y más pollo,
También traen agua embotellada,
Frijol, sopa, latas de sardina,
Y todo el tiempo es una practicadera de la Guelaguetza,
Otros más dejan dinero en las manos de mamá,
Y ahí cuentan también las taniveleñas,
trajeron dinero y sumaron los que viven en California,
Como mi amigo que ahora vive en New York, yo le dije que no,
Pero él no me preguntó si yo quería, solo me dijo: "ya te mandé".
Ese es el espíritu de la Guelaguetza,
La vocación de servicio,
La vocación de compartir la esperanza y el dolor,
Esa vocación que la gente del pueblo tiene,
Eso es lo que nos delata donde quiera que estemos,
Somos los pueblerinos que siempre estamos haciendo,
Cualquier cosa, pero haciendo para otras, para otros,
A veces hasta los que hacen de cupido,
Practican la Guelaguetza.
Bueno, solo quería decirte eso, para "aprevenirte",
Que ahora que regreses haremos una fiesta,
Tu aguinaldo puede alcanzar para la música, yo compro la vaca,
Te seguimos buscando, Bruno, y todas te queremos de regreso a casa.
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