Cada segundo, cada minuto que de la vida pasa, y no sé de ti, solo puedo pensar que alguien conspira, y veo la luna con su sonrisa que conspira para no indicar, la coordenada exacta de tu presencia. Y sé que las estrellas conspiran por mantenerte oculto, y las hierbas conspiran porque no se quedan estáticas, y ceden al vaivén del viento que las mece. Y las aguas del río conspiran porque no te traen a la superficie, y las arenas conspiran porque pese al movimiento telúrico, de la tarde de hoy, de ayer, no te expulsan como bocanada de humo, y las piedras conspiran porque no se amotinaron contra tus raptores, y mis palabras conspiran en la medida que son, incapaces de tocar el corazón de quien te tomó de las muñecas. Y mis ojos conspiran cuando no pueden ver más allá de lo evidente, y mi cuerpo conspira porque mi sangre no te puede llamar, y la espada del augurio parece cosas de niños que conspiran... Y conspira el Ministerio Público, cuando escribe mal tu nombre ...